Hace 5 años, Néstor Lasso y su hermano Adrián se hicieron cargo de la finca familiar y se diversificaron hacia el café de especialidad y la experimentación en lugar de cultivar café como sus padres.
Hoy, con 22 y 24 años, los dos hermanos se han unido a Jhoan Vergara, también hijo de un caficultor, para crear El Diviso. El Diviso reúne las fincas familiares El Diviso (Néstor y Adrián Lasso) y Las Flores (Jhoan Vergara), cerca de Pitalito, en la región del Huila, Colombia. Esta colaboración fue excelente, ya que estos tres jóvenes unieron sus conocimientos para mejorar la calidad.
Hace tres años, Cat y Pierre, fundadores de CATA Export, y los tres productores emprendieron un proceso de ensayo y error para definir los procesos y protocolos de fermentación en la finca, con el objetivo de conectar estos cafés directamente con el mercado británico. Este proceso de aprendizaje ha requerido mucho tiempo y dinero, pero ha tenido un resultado emocionante, ya que hoy estos cafés se han utilizado en numerosas competiciones de baristas en toda Europa.
Recientemente, Cata Export obtuvo el primer lugar en la Brewers Cup de Irlanda y el tercer lugar en Austria. Hoy, Cata Export y Finca El Diviso trabajan en equipo, razón por la cual Cat no está sola en este viaje al Reino Unido, sino que acompaña a Nestor para finalmente conocer a todas las tostadoras que han estado detrás de este proceso. La amistad entre Nestor y Cat es un buen ejemplo de lo que hace Cata Export: trabajar directamente en las fincas es un proceso muy enriquecedor para ellos, no solo por la complejidad de temas como la agronomía, sino también por las relaciones que Cata forja, las cuales se traducen en un beneficio económico para la comunidad de Cata. De esta manera, muchos más jóvenes productores como Nestor se han mantenido en el café y han tenido la oportunidad de desarrollar una carrera profesional.
PALABRAS DE NÉSTOR:
Crecí en una vereda (localidad, nota del editor) llamada Normandía, cerca del pueblo de Pitalito, al sur del Huila. Siempre crecí en la finca y, desde que tengo memoria, la región siempre ha sido una zona cafetalera. Aquí tuve una infancia muy sana, todos nos conocíamos y era un lugar seguro. Los recuerdos que tengo de mi infancia son de jugar en la naturaleza, jugar a las escondidas, y siempre he sido muy feliz de estar aquí. En general, ser productor de café está mal pagado y no es muy atractivo.
Lo único que permite a los productores no pasar hambre es comer las frutas y verduras que producen en la finca. En cuanto a bienes materiales, solo tenemos acceso a lo estrictamente necesario. Por lo tanto, muchos jóvenes prefieren ir a la ciudad a buscar un trabajo de oficina o uno menos exigente físicamente porque piensan que el café no vale la pena. Más allá de lo que el café de especialidad aporta económicamente, siempre me ha apasionado la producción. Cuando me di cuenta de que el café de especialidad ofrecía una posibilidad real de desarrollo económico y que, además, podía ampliar mis conocimientos sobre la producción de café, y en particular sobre los procesos, me enganché de lleno.
Entiendo más o menos cómo funciona el mercado gracias a la estrecha colaboración que tenemos con Cat y Pierre, pero además, las redes sociales nos permiten saber quién compra nuestros cafés. También nos permiten ver cómo se comercializa el café de especialidad en Europa. Cat me contó la importancia del aspecto sensorial del negocio y me animó a aprender a catar para controlar la calidad de lo que se produce y comprender el impacto de los procesos y si mejoran o no en la taza.
Además, en Colombia, participamos en un programa financiado por el estado colombiano, reconocido hoy como la mejor escuela de caficultura de Latinoamérica: el SENA. Mi hermano y yo aprendimos mucho en el SENA. Allí se enseñan todas las bases teóricas, la ciencia del procesamiento del café… todo. Pero la realidad del trabajo del productor de café se aprende en el campo. No debemos olvidar que el precio del café es muy alto actualmente, por lo que muchos productores quieren saber cómo trabajamos. Sin embargo, identificamos rápidamente a quienes están realmente motivados para producir café de especialidad, quienes vienen a hacernos preguntas para aprender con nosotros y a quienes solo lo ven como una oportunidad temporal para ganar dinero.
Lo que realmente hace la diferencia es la pasión que el productor pueda tener por el café.
Si no tienes una pasión natural, ¡nunca le cogerás el truco! A menudo, algunos caficultores aquí tienen mucho dinero porque poseen mucha tierra y las mejores máquinas posibles. Pero el café de especialidad no les interesa; no le ven el sentido a cambiar porque no les apasiona tanto como a nosotros. He notado que el consumo de café de especialidad ha cambiado mucho últimamente en el país. Hasta hace poco, los colombianos solo bebían subproductos del café, cualquier cosa que no se pudiera exportar. Pero aquí la gente se ha dado cuenta de que el café es un producto mucho más noble de lo que parece. Hoy en día, muchos productores guardan parte de su cosecha para tostarla ellos mismos y beberla en casa. Todo el auge del café de especialidad ha generado una forma diferente de ver el café.
- Néstor Lasso